Elegir bien la manera de situar el cuento que vamos a manipular y el lugar donde se colocarán el auditorio y el narrador.
Los textos populares son dinámicos y abiertos, por lo que n debemos tener miedo a adaptar el texto a nuestra propia forma de narrar.
Conforme aparezcan los personajes en el relato, hay que hacer girar el sistema por medio de las pestañas o las piezas redondas. Podemos probar a mostrar el personaje antes de que aparezca en el texto o al revés, y comprobar la reacción que tienen los espectadores.
Las posibilidades de memorización y comprensión de estos cuentos radica en gran parte, además de las repeticiones, en un marcado ritmo que convendrá conocer y mantener.