El origen de los niños, igual que otras cuestiones que hoy en día parecen obvias, no siempre ha estado tan claro. Los primeros seres humanos tardaron a establecer la relación entre la cópula y el nacimiento de una criatura nueve meses después. Se formularon todo tipo de teorías para explicar cómo la mujer se quedaba embarazada, y no fue hasta la llegada de Hipócrates que se planteó la posibilidad de que tanto hombres como mujeres dispusieran de unas «semillas» que, al juntarse, daban lugar a una nueva vida. Pero Aristóteles, por ejemplo, afirmó que las mujeres eran simples receptáculos, idea que perduró durante muchos siglos. A los enigmas de la concepción, se añadirían los de la gestación (el desarrollo del feto), que no quedarían claros hasta hace muy poco. |