12- Utilizamos una cantinela (que diremos todo el
grupo) para introducir esta actividad lúdica
colectiva como: ¡Silencio, se escucha!
Atento/a estaré, lo que oigo, oigo, yo te
lo diré. ¿Qué es?
Producimos sonidos en el aula o, en su defecto,
utilizamos una cinta grabada a tal efecto y nos
disponemos a escuchar atentamente e identificar
sonidos que resulten familiares a los niños,
relacionados con los afectos, sentimientos, estados
anímicos o con la naturaleza: sonido de besos,
sonido del agua (un palo de agua iría muy
bien en esta actividad), sonido del viento gélido
que sopla con fuerza, el rumor de las olas al romper,
sonido metálico (de monedas que caen), arrullos,
arrumacos...
En principio señalamos individualmente a
un niño o niña que adivinará
el sonido. Luego lo hacemos en gran grupo. Descubiertos
los sonidos, acuñamos un código gestual
(el agua haciendo movimientos ondulatorios con la
mano, por ejemplo, el viento llevándose a
la boca ambas manos en forma de bocina y simulando
que se sopla…) y pedimos a los niños
que representen gestualmente lo que estamos oyendo.
Otro día volvemos a esta misma actividad
pero esta vez los niños habrán de
dibujar el sonido que están oyendo (ver
propuesta gráfica).
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