El entrenamiento de la familia

 

 

 

 

 

 

 

Atender a la diversidad no implica únicamente dar respuesta al alumnado que tenemos en el aula. La labor de un docente va más allá al tener que trabajar muy estrechamente con las familias. Por un lado, las familias de los alumnos con necesidades educativas especiales deben ser preparadas para la incorporación de sus hijos a un aula ordinaria y, por otro lado, el resto de familias de alumnos/as deben estar sensibilizados y conocer la realidad, pues muchas veces tienen una visión muy distorsionada motivada por la ignorancia.

La disposición de las familias va a depender de muchos factores, por ejemplo:

• sus características emocionales y personales;
• su propia dinámica;
• las relaciones de pareja;
• los apoyos sociales externos;
• el nivel sociocultural y económico;
• el orden de nacimiento del niño (si es el primogénito, si es el menor, si es hijo único entre hermanos o no, etc.).

Si realmente pretendemos que el aprendizaje sea significativo, es nuestra labor orientar y asesorar a las familias de alumnos/as discapacitados en el uso de recursos digitales para trabajar en casa. Para lograr este objetivo, es conveniente que les proporcionemos un listado de enlaces a recursos digitales. Debe ser un listado comentado y con explicaciones sobre cómo utilizar los recursos y en qué momento (es importante no caer en el error de proporcionar un listado infinito sin ningún sentido).  Para evitar que esto suceda, se deben realizar realizar entrevistas previas con las familias, de manera que lleguemos a conocer las necesidades que se les plantean en su vida cotidiana y, entre todos, buscar aquellos recursos que "normalicen" su vida diaria, y por ende, la del alumnado.

La colaboración entre escuela y familia dependerá en gran medida de la discapacidad  que presente cada alumno/a. A continuación te mostramos una tabla con las discapacidades más comunes y una explicación sobre cómo gestionarlas desde la labor docente:

Haz clic en los elementos de la izquierda para visualizar el texto correspondiente.

 

Muchas veces las familias buscan en los docentes no sólo un apoyo, sino más bien orientación, ayuda o propuestas de trabajo. Y es precísamente entonces cuando el/la docente debe colaborar integramente con las familias para encontrar la mejor solución para el alumnado. Es fundamental entender que el trabajo colaborativo entre las dos grandes dimensiones en las que se apoya el alumnado con necesidades educativas especiales es muy importante.

Según explica Aragall en su libro La accesibilidad en los centros educativos (2010), para que la participación a lo largo de todo el proceso educativo y formativo sea una realidad, es necesario que se cumplan los siguientes criterios:

• que el profesorado sepa qué tiene que hacer en caso de tener un alumno/a con discapacidad en el aula;
• que los padres tengan conocimiento de los recursos disponibles y de cómo colaborar;
• que el resto de sus compañeros/as sepan qué pueden ofrecer y recibir;
• que el alumnado con discapacidad conozcan sus derechos y las vías o ayudas que pueden utilizar para conseguir sus objetivos.

Chico en silla de ruedas. Disability 1 © EU Social Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.0 Generic (CC-NC-SA 2.0) 

Los resultados del estudio realizado por el Equipo de Investigación Sociológica (EDIS), dirigido por Gómez González (1998-1999) y financiado por el IMSERSO sobre las familias con hijos/as menores de seis años con alguna discapacidad, indicaron que las necesidades y demandas de las familias se agrupaban por el equipo investigador, en los siguientes trece apartados:

 

 

Como podemos observar en el cuadro, las familias demandan sobre todo información y formación. Entre otras necesidades también solicitan contacto con familias y asociaciones relacionadas, así como una educación de calidad para sus hijos/as. Por este motivo, el profesorado debe también preocuparse por la orientación a las familias, en lo que a la educación de sus hijos/as respecta, y deben emprender un trabajo común para buscar información sobre la necesidad específica que muestre el alumno/a, buscar asesoramiento y trabajar estrechamente para orientar a la familia en la utilización de recursos educativos adecuados para su hijo/a.

 

Para un buen asesoramiento, se debe trabajar con las familias los siguientes objetivos: explicar a los padres las particularidades psicológicas y pedagógicas de sus hijas/os; capacitar a los padres para que, en base a las características de sus hijas/os, formen hábitos de estudio en ellos; motivar a los padres a que logren desarrollar en sus hijas/os intereses amplios y específicos dirigidos hacia la actividad académica; capacitar a los padres para que orienten personal y profesionalmente a sus hijas/os; orientar a los padres en las diferentes dificultades que tienen sus hijas/os en el aprendizaje y en cómo encauzarlas; orientar a los padres sobre la adecuada convivencia familiar para desarrollar las potencialidades de sus hijas/os.