Las orquestas mixtas

   
         
   
Aunque en las primeras cuatro décadas del siglo XX se continuaron creando orquestas femeninas, las mujeres continuaron luchando para poder entrar a formar parte de las grandes orquestas. Aunque muy lentamente, lo fueron consiguiendo. En Estados Unidos, la Orquesta Sinfónica de San Francisco y la Orquesta Sinfónica de Pittsburg comenzaron a admitir mujeres en sus plantillas. Pero el verdadero cambio llegó con la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Muchos hombres músicos fueron reclutados en los ejércitos y los directores se vieron obligados a aceptar mujeres que los reemplazaran. Cuando la guerra terminó, muchas de estas mujeres continuaron en sus puestos. ¡La orquesta mixta se había hecho realidad!
Sin embargo, no todos estaban conformes con la situación. Sir Thomas Beechan, un legendario director, famoso también por sus comentarios, hizo todo lo posible por echar a las mujeres de su orquesta después de la guerra y, en 1959, continuaba afirmando cosas como esta:

No me gusta, y nunca me gustará, la idea de agrupar a hombres y mujeres en las orquestas y otros grupos instrumentales... “Una mujer hermosa distraería a los otros músicos, y una fea me distraería a mí”.


Incluso más recientemente, en el año 1970, el director Zubin Mehta afirmó:

Simplemente creo que las mujeres no deberían estar en una orquesta. Se vuelven masculinas. Los hombres las tratan como iguales...


Pero los directores no son los únicos que causan problemas. Cuando la clarinetista Sabine Meyer se convirtió en la primera mujer que obtuvo un puesto en la Orquesta Filarmónica de Berlín, los que se opusieron fueron sus propios compañeros. La presión fue tal que Meyer acabó abandonando la orquesta un año después de ser contratada.
No obstante, la mayor parte de las orquestas actuales son mixtas, aunque los hombres siguen siendo mayoría.
   
         
   
   
     

Plantilla de la Milton Keynes City Orchestra.