Ministerio de Educación
Poema
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  • A los lectores
  • A los profesores

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    El viento del norte no tiene piedad, agudiza la pobreza y el desamparo.

     

    Cuando sopla el Norte duro
    y arde en el hogar el fuego,
    y ellos pasan por mi puerta
    flacos, desnudos y hambrientos,
    el frío hiela mi espíritu,
    como debe helar su cuerpo.
    y mi corazón se queda
    al verlos ir sin consuelo,
    cual ellos opreso y triste,
    desconsolado cual ellos.


    Rosalía de Castro